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San Cayetano. |
San
Cayetano fue un presbítero nacido en Vicenza (al norte de Italia), en Octubre
de 1480 (se desconoce el día exacto) y fallecido en Nápoles el 7 de Agosto de
1547. Perteneció a una familia de nobles y recibió éste nombre en homenaje a un
tío suyo que había fallecido recientemente. Después de estudiar en la
universidad de Padua, tuvo la oportunidad de ser nombrado Protonotario Apostólico
en la Corte del Papa Julio II. Se retira de la vida cortesana en 1513 y funda
una sociedad de sacerdotes y prelados. En 1524 funda la orden llamada de los
“Taetinos” o "Clérigos Regulares" junto a Juan Pedro Carafa, quien posteriormente
sería nombrado Papa con el nombre de Pablo IV.
Dicha
orden tenía como objetivo renovar el espíritu y la labor misionera de los
sacerdotes. Falleció siendo Superior de su Orden y sus reliquias se encuentran
en la Iglesia de Santo Paolo de Nápoles.
De
la misma forma funda también, junto al beato Juan Marinoni, los denominados “Monte
de Piedad”, para liberar de la miseria a los pobres y marginados. Acometió durante
los últimos años de su vida, la fundación de diversos hospitales y hospicios.
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Imagen de San Cayetano, propiedad de la Cofradía. |
La
Imagen de San Cayetano que posee la Cofradía, actualmente colocada en la parte
más alta del Altar Mayor, es una talla de madera bien modelada y probablemente
del S. XVII, que dirige su mirada al cielo, presenta los brazos en cruz y el
aspecto de hallarse en estado de éxtasis, vistiendo un hábito de mucho vuelo.
Se la define en varios inventarios como “de bulto” o lo que es lo mismo para
nuestros días, de cuerpo entero y no una talla de vestir.
En
los años cercanos a la refundación de la Cofradía, San Cayetano era el Señor de
la Capilla que había adosada a la Ermita, luego tuvo un altar muy nombrado “El
Altar de San Cayetano” y posteriormente, según varios documentos, ocupó un
lugar preferente al lado del Santo Cristo, en el Altar Mayor. Hoy en día es una
de las tres Imágenes que podemos ver colocadas en la repisa del actual Altar
Mayor, junto a Nuestra Señora de la Concepción y San Francisco de Asís.
Su
culto alcanzó gran popularidad en el siglo XVIII y parte del XIX y así se
define la Función o Fiesta de San “Caetano” en algunas citas históricas tomadas
de “La Escultura Religiosa Bañezana” realizada por D. Luís Vigal.
El
día anterior, 6 de Agosto a las doce y después del solemne toque de oración,
suenan alegres las campanas de Santa María y repican a lo grande. Cuesta el
repique nada menos que ocho reales de vellón. Algunos años cuando el Mayordomo
de la Cofradía de Jesús es rumboso, se disparan hasta dos docenas de cohetes
que alborotan con sus formidables 24 estampidos a los chiquillos que sin
escuela -por ser verano-, corretean por las calles de la villa.
Al
ver que los cohetes salen de las huertas de la Cofradía de Jesús, varios entran
y al salir advierten que: “mañana
celebramos la Fiesta de San Cayetano y nosotros los Cofrades tenemos que
asistir a la Misa, bajo pena de un cuarterón de cera”.
Uno
de los presentes asevera “vaya castigo,
con lo que vale ese cuarterón de cera, tenía yo para hincharme de peras y
ciruelas todo el verano”.
Al
atardecer, la campana de Jesús toca llamada. Redobla un tambor, enmudece la
campana pero el tamborilero sigue batiendo a más no poder y, de cuando en
cuando, mira por un resquicio de la puerta el interior de la Ermita y una vez
al mirar, de un golpe seco, rompe el redoble ¡es que han dado comienzo las
solemnes vísperas en honor de San Caetano!.
Una
vez ya en el día 7, el del Santo, la Ermita se engalana con los toldos, los
pendones y se usan los mejores ornatos. San Caetano, luce su corona de plata,
ocupa un lugar preferente colocado sobre la mesilla, adornada con “pañoletas
bordadas” y en el Presbiterio. Se canta Misa Mayor. Un elocuente orador habla
de las virtudes del Santo fundador de la Orden de Clérigos Regulares, los
cuales tienen por norma la confianza en Dios y se abstienen de pedir.
No
se podía mirar al Altar ni a la escultura del Santo y continuaban encendidas las
muchísimas ofertas de lamparitas de aceite y de velas, con sus luces que
chisporroteaban titilantes, e impregnaban de olor de Iglesia el espacio. En la
abarrotada Ermita, el silencio era absoluto, los fieles rezan muy quedos,
solamente se oyen las preces de los sacerdotes.
Ya
bien entrada la tarde, Cofrades y bañezanos en general, fraternizaban en el
monte para merendar, cantar y bailar y de vuelta a casa donde se juntaban en la
Plaza para oír “romper” al sereno.
Pasada
la Función, la Ermita vuelve a su normalidad, San Caetano es colocado con la “corona
de cartón” sobre su cabeza, en el sitio que tiene asignado. Los oferentes
continúan con donaciones y no le faltan en ningún momento cera y aceite para
lucir.
Esto
es lo que hasta el momento nos ha llegado -históricamente hablando-, con alguna
descripción de los actos que se llevaban a cabo el día de la “Función de San
Cayetano”, pero de lo que si tenemos más constancia es de esos gastos a los
cuales se hacía alusión con anterioridad.
El
primer Libro de Cuentas que posee la Cofradía data del año 1708 y es ya en el
siguiente, cuando se hace la primera referencia a una partida de gastos
destinada a tal Fiesta. Concretamente el dispendio que se originó para tal fin,
fue de 139 reales de vellón, si bien a lo largo de los siguientes años las
referencias a éste acto son muchas y muy numerosas. He aquí algunos ejemplos:
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Libro de Cuentas. Año de 1709. |
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Recorte del Libro de Cuentas. Año de 1709.
Transcripción:
"Más ciento treinta y nuebe reales y ocho
maravedíes, que se gastaron en Vísperas, Misa
Sermón y demás, en la Función de San Caetano
el dicho año".
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Libro de Cuentas. Año de 1730. |
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Recorte del Libro de Cuentas. Año de 1730.
Transcripción:
"Más sesenta y seis reales y diez y seis
maravedíes, que se gastaron en la
Función de San Caetano en Misa
y Sermón más lo que dieron
de limosna los devotos". |
En
los años 1810 y 1812, la Función de San Cayetano importó un total de 50 reales
y es ya en los años posteriores cuando empieza a decaer, aunque los devotos
siguen alumbrando a la Imagen del Santo hasta bien entrado el S. XX.
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Recorte del Libro de Cuentas. Año de 1810.
Transcripción:
"Más de la Función de San Cayetano"....50 |
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Recorte del Libro de Cuentas. Año de 1815.
(Última referencia a la Función)
Transcripción:
"Por la Función de San Cayetano"....51 |
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La última referencia de la que tenemos constancia, data del año 1815 según se recoge en el anteriormente mencionado Libro de Cuentas y de
momento desconocemos la causa del por qué desapareció dicha fiesta entre los
actos del Cofradía, aunque sin hacer ninguna referencia al hecho, en el
siguiente año de 1816, otra figura, pasa a tener su importancia, llegando a
contar de la misma forma con una partida de gastos destinados a la denominada
como “Función del Ángel de la Guarda”.
Hoy
en día, la Imagen de San Cayetano sigue estando muy presente en la Capilla y
como ya se apuntó junto a la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en su Altar
Mayor.