En éste apartado solamente se pretende glosar y hacer un sencillo
comentario sobre una de las PROCESIONES con más arraigo en la Hermandad y que
no desmerece en nada a cualquier otra manifestación litúrgica de entre todas
las que se realizan a lo largo de la “Semana Mayor” en La Bañeza, por parte de
la Cofradía.
Se trata de un acto de piedad y un camino de oración que se representa con una serie de catorce Imágenes (el Papa Juan Pablo II, añadió una decimo quinta) de la Pasión, también conocidas como "Estaciones", que según la tradición cristiana sufrió Jesucristo por nuestra salvación y que se basan en los relatos evangélicos.
El día de Viernes Santo y una vez concluido el tradicional reparto de las sopas de ajo, con las
que la Cofradía reconforta a los Hermanos, allegados y visitantes en general (hasta agotar existencias), sale
de la Capilla de Jesús Nazareno, sobre las doce treinta, una Procesión formada principalmente
por los niños Hermanos de la Cofradía, los cuales portando a hombros los Pasos
de la Soledad Infantil y del San Juan Infantil, protagonizan e impulsan con su
esfuerzo y con su rezo al resto de acompañantes.
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Se trata de un acto de piedad y un camino de oración que se representa con una serie de catorce Imágenes (el Papa Juan Pablo II, añadió una decimo quinta) de la Pasión, también conocidas como "Estaciones", que según la tradición cristiana sufrió Jesucristo por nuestra salvación y que se basan en los relatos evangélicos.
Al ritmo de un par de tambores, se recorre en gran parte el mismo
itinerario de siempre, donde previamente se han colocado en determinados puntos las cruces que simbolizan las paradas del Vía Crucis.
Con el tradicional y pegadizo soniquete que todos los pequeños conocen:
“Por tu santísima muerte”, para responder “danos Señor buena muerte” o
“danos Señor buena muerte”, y contestar “por tu santísima muerte”, se van
culminando las estaciones en un recorrido que llega hasta la Capilla de la
Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, realizando una visita a la Virgen
del mismo nombre, la Iglesia del Salvador, donde tiene lugar el Rezo (al que se
hace alusión con posterioridad) y continuar nuevamente en Procesión realizando
una nueva parada en el Monumento al Santísimo en la Iglesia de Santa María para
con posterioridad llegar al lugar de partida, la Capilla de Jesús Nazareno.
La palabra Calvario o también la empleada en menor medida Gólgota, son los términos
utilizados para nombrar el lugar donde Jesús llegó cargado con la Cruz a cuestas
para ser crucificado y que se encontraba situado a las afueras de la ciudad de Jerusalén.
Éste lugar era un montículo pelado, seco, pedregoso, árido, sin
vegetación de ninguna clase y que estaba destinado como lugar de ejecución, a
la vista de todos por también ser un lugar elevado y que servía de escarmiento
para los que se acercaban o simplemente lo contemplaban.
Calvario es sinónimo de Viacrucis, es decir, “camino de la cruz”, y se
refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesucristo desde el
momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y posterior sepultura.
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No existen muchos datos del cómo
y el cuándo empieza la tradición de realizar el Calvario en la Cofradía, pero sí
contamos con algunas referencias que nos dejó Conrado Blanco, Cronista de la
ciudad, en algunos artículos publicados en el Adelanto Bañezano.
Según éste, se alude al Calvario y centra sus orígenes en el antiguo y ya desaparecido convento de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas descalzos), “...el cual dejó costumbres y tradiciones en muchos aspectos de la vida cotidiana. Uno de ellos, por lo que a la Semana Santa se refiere, conserva toda la pureza y color y que no es otro que el Calvario que los Hermanos de Jesús Nazareno realizan por los lugares que hoy conocemos por Paseo, Crucero o Camino del Convento.
En la segunda mitad del S. XVII, los Carmelitas del citado convento bañezano, clavaron en la entrada y acceso al convento, cruces de madera, que más tarde fueron sustituidos por otras de piedra. Al amanecer del Viernes Santo, toda la comunidad religiosa, rezaba un solemne Vía Crucis por dichos lugares, siendo acompañados en esta manifestación de fe, por la casi totalidad del pueblo bañezano. Al desaparecer el Convento, la Cofradía de Jesús Nazareno continúo ésta práctica hasta nuestros días y es el Calvario el desfile penitencial de transparencias más colorista, donde la seriedad, la fe, la raigambre y lo accidentado de su recorrido hacen se convierta en una de las estampas del más auténtico tipismo autóctono”.
Según éste, se alude al Calvario y centra sus orígenes en el antiguo y ya desaparecido convento de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas descalzos), “...el cual dejó costumbres y tradiciones en muchos aspectos de la vida cotidiana. Uno de ellos, por lo que a la Semana Santa se refiere, conserva toda la pureza y color y que no es otro que el Calvario que los Hermanos de Jesús Nazareno realizan por los lugares que hoy conocemos por Paseo, Crucero o Camino del Convento.
En la segunda mitad del S. XVII, los Carmelitas del citado convento bañezano, clavaron en la entrada y acceso al convento, cruces de madera, que más tarde fueron sustituidos por otras de piedra. Al amanecer del Viernes Santo, toda la comunidad religiosa, rezaba un solemne Vía Crucis por dichos lugares, siendo acompañados en esta manifestación de fe, por la casi totalidad del pueblo bañezano. Al desaparecer el Convento, la Cofradía de Jesús Nazareno continúo ésta práctica hasta nuestros días y es el Calvario el desfile penitencial de transparencias más colorista, donde la seriedad, la fe, la raigambre y lo accidentado de su recorrido hacen se convierta en una de las estampas del más auténtico tipismo autóctono”.
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Por tanto, esta referencia al rezo de las Estaciones, es decir, al Calvario, escrita en esta Regla manuscrita de 1813, es el reflejo de una tradición anterior, pues en toda la redacción del texto no hay indicación alguna de ser un evento nuevo.
En 1925, en el semanario independiente bañezano (ya desaparecido) La Opinión, con fecha 12
de Abril, en su número 36 y en un artículo titulado “Nuestra Semana Santa”, refleja la
celebración del Calvario con estas palabras:
“…Reunida la Hermandad, recorrió las Iglesias y rezó las estaciones del Santo Calvario”
“…Reunida la Hermandad, recorrió las Iglesias y rezó las estaciones del Santo Calvario”
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| Semanario "La Opinión". 1925. |
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| Recorte Semanario "La Opinión". 1925. |
En el posterior también semanario bañezano “El Adelanto”, de fecha 24 de Marzo de
1937, número 230, en la crónica de los actos de Semana Santa, aparece una
referencia textual al Calvario, dando como hora de salida las diez de la mañana
y como hoy también se hace, después de la Procesión de Pasión.
“..Tendrá lugar también el tradicional Viacrucis de la Cofradía de Jesús por el lugar de costumbre”.
“..Tendrá lugar también el tradicional Viacrucis de la Cofradía de Jesús por el lugar de costumbre”.
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| Semanario "El Adelanto". 1937. |
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| Recorte "El Adelanto". 1937. |
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| Guión 1948. |
Una nueva reseña la encontramos
en la portada del Guión de la Semana Santa del año 1948 en el que sobre una
foto de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en la parte superior pone Calvario y en la
inferior, Semana Santa La Bañeza 1948.
En otra publicación, ésta de carácter informativo que la Hermandad
publicaba con el fin de notificar a los Cofrades diferentes ámbitos de la
actualidad nazarena, concretamente el número 2 publicado en 1949 dice:
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| Guión Nazareno. 1949 |
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| Recorte Guión Nazareno. 1949 |
"A las 10 tradicional Viacrucis, llamado Calvario, que partiendo de la Iglesia de Jesús se reza por el Crucero hasta la Iglesia del Salvador, regresando a la Capilla después de recorrer las Iglesias de la ciudad”.
Así sucesivamente se refleja ésta tradición Nazarena a lo largo de todos los años y que se puede contemplar en los distintos guiones de Semana Santa publicados, lo cual indica lo arraigada de la misma.
Y también así, a través de este breve recorrido histórico, queda
patente la práctica de una PROCESIÓN, que sin lugar a dudas cuenta con una
historia más de 200 años, lo cual implica la conservación de un patrimonio
cultural inherente a la población que lo celebra.
Es por ello que dicho acto representa la expresión cultural de la religiosidad de todo un pueblo conservada invariable a lo largo de los años, constituyendo así la salvaguarda de una costumbre popular, no impuesta y que hoy en día mantiene todos los elementos de aquél original Calvario que en su día la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la ciudad de La Bañeza, tuvieron a bien celebrar y perpetuar a través de los años hasta nuestros días.
Su recorrido continúa siendo en mayor medida el mismo que en sus orígenes y en la parte más alta y por tanto más antigua de la Ciudad, tiene lugar el anteriormente mencionado Rezo, una costumbre que se pierde en los anales de la Historia y que se viene realizando desde tiempo inmemorial por los Hermanos de la Cofradía, cumpliendo al mismo tiempo el mandato de la Santa Regla de 1667, en el que se contempla como norma esencial en la Hermandad, la oración por los difuntos.
Es por ello que dicho acto representa la expresión cultural de la religiosidad de todo un pueblo conservada invariable a lo largo de los años, constituyendo así la salvaguarda de una costumbre popular, no impuesta y que hoy en día mantiene todos los elementos de aquél original Calvario que en su día la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la ciudad de La Bañeza, tuvieron a bien celebrar y perpetuar a través de los años hasta nuestros días.
Su recorrido continúa siendo en mayor medida el mismo que en sus orígenes y en la parte más alta y por tanto más antigua de la Ciudad, tiene lugar el anteriormente mencionado Rezo, una costumbre que se pierde en los anales de la Historia y que se viene realizando desde tiempo inmemorial por los Hermanos de la Cofradía, cumpliendo al mismo tiempo el mandato de la Santa Regla de 1667, en el que se contempla como norma esencial en la Hermandad, la oración por los difuntos.
Ésta singular invocación se hace de la siguiente manera:
Un Credo mirando hacia el Santuario del Santísimo Cristo de Palacios.
Un Credo mirando hacia el Santuario del Santísimo Cristo de Palacios.
Una Salve mirando al Santuario de Nuestra Señora de Castrotierra.
Y un Padre Nuestro, Ave María y Gloria, mirando al cementerio municipal bañezano, pidiendo por el eterno descanso de los Hermanos Cofrades fallecidos.
Como se decía al comienzo, con éste sencillo recorrido, sólo se pretende dar a conocer un poco más ésta PROCESIÓN y manifestar lo arraigada de la misma, no exclusivamente en la Cofradía, sino también en la sociedad y en la Historia bañezana.
Y un Padre Nuestro, Ave María y Gloria, mirando al cementerio municipal bañezano, pidiendo por el eterno descanso de los Hermanos Cofrades fallecidos.
Como se decía al comienzo, con éste sencillo recorrido, sólo se pretende dar a conocer un poco más ésta PROCESIÓN y manifestar lo arraigada de la misma, no exclusivamente en la Cofradía, sino también en la sociedad y en la Historia bañezana.
